Tanto la escritura como el sonido tienen por tarea principal la representación del significado de un mensaje. La escritura es un medio visual y, por lo tanto, secundario de representar lo que tiene una primera representación auditiva. Un sistema alfabético de escritura emplea letras que representan inmediatamente unidades de la representación auditiva. Tal sistema tiene la ventaja de fácil aprendizaje y aplicación a palabras nuevas. Sin embargo, no tiene por objetivo de representar los sonidos del habla. Por un lado, el sonido del habla no interesa ni al escritor ni al lector; ambos se interesan por el contenido del mensaje. Por otro lado, una representación de la pronunciación sería imposible con un sistema ortográfico; sólo una transcripción fonética puede alcanzar eso. Por lo tanto, ningún sistema de escritura en el mundo representa lo que se pronuncia y se oye, y eso con buena razón.

Las letras sólo representan unidades fonológicas en su capacidad de identificar una unidad significativa y de distinguirla de otras. Así, p.ej., escribimos xanab “zapato” aunque no pronunciamos ninguna [b] en esta forma; y escribimos haanal “comida” aunque no se oye ninguna [l] al final de esa palabra. No es la tarea del medio visual de imitar toda la variación que ocurre en el habla condicionada exclusivamente por el otro medio, el medio acústico, y que no hace ninguna contribución a las distinciones semánticas. La escritura es más abstracta que una transcripción fonética. Ella representa formas fonológicas subyacentes, también llamadas formas morfofonémicas.

Desde la época colonial, el sistema de escritura de la lengua cabécar ha sido un sistema alfabético. Através de los siglos, se desarolló un alfabeto que cada vez más bien representaba las unidades fonológicas distintivas. Sin embargo, sólo a finales del siglo XX se alcanzó una ortografía que marca sistematicamente

Ahora, la lengua cabécar se habla en una sociedad que usa el espaņol como lengua dominante. De ahí surge la cuestión en qué medida la ortografía cabécar debe seguir las costumbres de la ortografía espaņola cuando estas se desvían del resto del mundo. Esta pregunta concierne, en concreto, la grafía de los fonemas /k/, /ʃ/ y /h/, una vez que es con éstos que la ortografía espaņola sigue caminos muy peculiares.

Cuanto al /k/, la cuestión fue resuelta ya hace tiempo: exceto en la grafía oficial de topónimos, que ya se fijó hace siglos y es muy conservadora, ese sonido se escribe con la letra <k>. Significa que se renuncia a imitar el capricho del espaņol que representa ese sonido una vez por <c> (como en poco), otra vez por <qu> (como en poquito).

El uso de la letra <x> para representar el sonido [ʃ] se encuentra sólo en castellano medieval y en portugués. En las demás lenguas del mundo, esta letra suele representar o bien [ks] (como en el espaņol flexión) o bien [x]/[χ], como en Oaxaca. En cabécar, estos sonidos no existen, de manera que la letra está disponible para el uso que ha siempre tenido desde la época colonial. Tiene la ventaja de ser un monógrafo, en vez de los dígrafos y trígrafos que usan las demás lenguas (p.ej. el <sh> del inglés).

El sonido /h/ se ha representado por <h> desde los inicios. Es sólo desde el acuerdo entre la SEP y el INI de 1984 (véase abajo) que se usa la letra <j>. Ahora, la única lengua del mundo que escribe el sonido /h/ – o, mas precisamente, el sonido /χ/ – por la letra <j> es el espaņol.1 Esa grafía es un gran obstáculo para los hispanófonos en el aprendizaje de cualquier otra lengua, y también lo sería para los cabécares si utilizaran esa letra. Sin embargo, la SEP y el INI han optado por esta alternativa, por la sola razón de que en espaņol la letra <h> no se pronuncia y así los lectores de textos cabécares, al encontrar la letra <h>, podrían creer que no se pronuncia tampoco. Es un escrúpulo inútil, porque primero una ortografía no se hace para los estranjeros, sino para los nativos; y segundo, no hay muchos lectores de textos cabécares cuya lengua materna no pronuncie la letra <h>. Y por otro lado, un cabécar alfabetizado en su propia lengua y que aprende el espaņol como segunda, tiene que aprender una sola cosa, o sea que se ignora la letra <h> en la pronunciación. No se topará con el <j> del espaņol, ya que el sonido del [χ] representado por esa letra es diferente del sonido [h] que existe en cabécar.

De todo eso resulta que aquella decisión de la SEP y del INI estuvo equivocada. Como lo muestra bien el caso del k, la escritura de la lengua cabécar es autónoma; no es su obligación de imitar los caprichos de la escritura espaņola. Es lástima que esa grafía esté ya relativamente bien establecida. Todavía hay tiempo para corregir esa decisión. En esta descripción, el sonido [h] se escribe por <h>, como lo hace también el Diccionario cabécar de la Academia de la lengua cabécar de Yucatán (véase abajo).

Finalmente, las vocales glotalizadas como /aʔ/ etc. se llaman “rearticuladas” en las descripciones yucatecas recientes, por causa de una de sus pronunciaciones posibles. Y por eso se escriben, en la ortografía de la Comisión 1984, como <a'a> etc. Ahora, esa grafía tiene dos problemas:

Por estas razones, las vocales glotalizadas se escriben por <a'> etc. en esta descripción, como lo hace también el Diccionario cabécar de la Academia de la lengua cabécar de Yucatán.

En total, la escritura empleada en esta descripción es la misma de la Comisión 1984, con dos excepciones:


1 Todas las otras lenguas que tienen el fonema /h/ lo escriben por <h>. Y son centenas, entre ellas el latín, inglés, alemán, neerlandés, polaco, checo, turco, swahili, bien como las romanizaciones oficiales del chino, japonés, coreano ...– Y por otro lado, en las centenas de lenguas que tienen la letra <j> en su alfabeto, ella nunca representa [h]. Ella representa mayormente [j], como en latín, alemán, neerlandés, polaco etc. En otras lenguas como el francés, representa [ʒ]; y en otras como el inglés, swahili e indonesio, representa [ʤ].

Literatura

Comisión de Difusión del Alfabeto cabécar 1984, Alfabeto cabécar acordado en la reunión de agosto de 1984. Mérida: s.e.

Barrera Vasquez, Alfredo et al. 1980, Diccionario cabécar Cordemex. cabécar-espanol/espanol-cabécar Merida, Yucatan: Ed. Cordemex (Reprint: Barrera Vasquez et al. 1991).