Un proceso fonológico es la manifestación dinámica de la relación entre dos representaciones de los sonidos que componen una expresión:

Aparte los casos en que hay representaciones intermedias, la representación subyacente es una representación fonológica o morfofonémica, la representación derivada es una fonética. Una representación fonológica se indica incluyendo los sonidos entre barras, así: /b/. Una representación fonética se indica incluyendo los sonidos entre corchetes, así: [b].

En una perspectiva diacrónica, el proceso fonológico corresponde a un cambio de la forma subyacente, anterior, en la forma derivada, posterior. En la perspectiva sincrónica, el proceso fonológico es un medio para describir como las unidades del sistema de la lengua aparecen en enunciados.

Por ejemplo, la pronunciación corrida de la palabra xanab zapato cuando no le sigue nada es [ʃanaʔ]. Sin embargo, sabemos que en su forma subyacente, esta palabra se termina en /b/, porque sino, no se podría explicar de donde viene la [b] en enunciados como ma' xanbi' no es zapato. Tenemos, por lo tanto, una relación paradigmática entre un [ʔ] y una [b]. Esta se concibe como un proceso fonológico que convierte la /b/ en [ʔ] cuando aparece en posición final (v. la reducción de /b/ por pormenores). El proceso debe pasar en esta dirección, o sea, la /b/ debe ser subyacente; porque al contrario, se convertiría un /ʔ/ en [b], lo que no sucede en la actualidad: se dice [haʔ] agua y [maʔhaʔiʔ] no es agua, y no se dice [maʔhabiʔ] no es agua como se dice [maʔʃambiʔ] no es zapato. Esto comprueba a la vez que

En principio, la escritura refleja la forma subyacente, no la forma derivada.